Al llegar lo primero que hicimos fue hacer el recorrido donde se iba a organizar el pasacalle, para repartir donde nos teníamos que colocarnos. Fue una velada muy intensa y bastante satisfactoria.
La amabilidad con que nos recibió los vecinos de Laujar fue muy calurosa., estando haciendo el recorrido una señora muy amable nos concedió el honor de poder ver el molino que allí yace, en el mismo pueblo, fue un auténtico placer poder ver el molino que se encuentra en perfecto estado y también conocimos a la molinera que se dedicó más de 20 años de su vida a trabajar en el molino. Una mujer que seguro que tiene cientos de historias que contarnos y espero pronto poder conocerlas.
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